El valor de las promesas

En dos artículos anteriores se presentaron en uno, los cinco actos lingüísticos (afirmaciones, juicios, declaraciones, peticiones y promesas) y en el otro, algunos elementos fundamentales para ser efectivos en nuestras peticiones. En esta oportunidad reflexionaremos sobre las promesas. Una promesa es el ofrecimiento de hacer o entregar algo a alguien en determinada fecha. Es un acuerdo o un compromiso con una persona o un equipo.

Cuando una organización tiene problemas de comunicación, muchas veces es porque no existe suficiente confianza entre las personas o la relación entre ellas no es lo suficientemente profunda como para que un individuo recuerde al otro cada vez que surge alguna información que pueda ser relevante para aquél. En lugar de desarrollar habilidades y técnicas para una comunicación efectiva es preciso trabajar antes en el desarrollo de relaciones de confianza y para ello hay que buscar oportunidades y espacios para que la relación ocurra. Cuando en una pareja está fallando la confianza necesitan buscar momentos y espacios para  comunicarse, relacionarse y retomar los niveles de confianza que existían antes al re-conocerse. En el ámbito organizacional, las salidas de índole laboral, social o deportivo del líder con su equipo, fuera de la interacción laboral cotidiana, generan los momentos y espacios para el relacionamiento que permiten retomar la confianza que luego se consolida en mejores niveles de comunicación.

Una de las causas más importantes de la pérdida de confianza es la de las promesas incumplidas, de faltar a los acuerdos, de no cumplir con los compromisos.  Cuando en una empresa hay problemas de comunicación puede ser por la falta de confianza y ésta última por las promesas incumplidas. Ayudar a las personas a tomar conciencia de la calidad de sus promesas y a diseñar acciones para potenciar esa calidad es un trabajo fundamental.

Existen tres tipos de promesas:

  1. Promesas definitivas, son aquellas  con las que existe un total convencimiento y compromiso de que se van a cumplir;
  2. Promesas condicionadas, son aquellas que se hacen supeditando su cumplimiento a algo: si es que me aumentan el sueldo nos vamos de viaje. El viaje está supeditado al aumento de sueldo. Si éste no se da, la persona a la que se le hizo la promesa condicionada no podrá exigirle cumplimiento a quien prometió;
  3. Promesas criminales, son aquellas que se hacen aun cuando el que las hace es consciente de que no podrá cumplirlas.

Puedes hacer una autoevaluación de la calidad de tus promesas, distribuyendo un 100% entre los tres tipos de promesa que tú haces en tu vida cotidiana. También puedes evaluar la calidad de las promesas que hace tu familia, tu área, tu equipo de trabajo o tu empresa con los mismos criterios. La toma de conciencia de esta realidad te permitirá diseñar planes de acción de mejora.

Si los porcentajes no están sustancialmente en las dos primeras, dado que estamos en la era de la información, el conocimiento y la comunicación, los resultados estarán reflejando ello desde los niveles de confianza, de comunicación y de cumplimiento de objetivos que estamos alcanzando.

¿Cuál es la cultura de nuestra sociedad con respecto a las promesas? La práctica del: “Palabra de caballero y el “por mi madrecita” o la dificultad que tenemos para decir no, ¿cómo han influido y sigue influyendo en los resultados que obtenemos como país? El criollo peruano, ¿qué tipo de promesas utiliza principalmente? ¿Qué imagen reflejamos al exterior y cuánta confianza generamos en quienes nos visitan, invierten y quieren establecer relaciones comerciales de largo plazo con nosotros desde estas prácticas?

Hay hermanos, mucho por hacer.

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